lunes, 1 de junio de 2015

Cuando sea mayor quiero vivir con mi perro

Muchos ancianos viven solos y la presencia de un perro les ayuda a no estar aislados. El hecho de convivir con un perro les obliga a salir a la calle para pasear al perro, a hacer ejercicio y a relacionarse con otras personas. Así, por un lado, la actividad física les ayuda a mejorar la salud cardiovascular y a mantener una tensión arterial adecuada.El anciano que sale a la calle a pasear a su perro se relaciona con otras personas, por lo que reduce las posibilidades de padecer depresión. Sólo el hecho de contemplar al perro mientras duerme y acariciarle ayuda a reducir la presión arterial.Sólo el hecho de contemplar al perro mientras duerme y acariciarle ayuda a reducir la presión arterialY es que la convivencia con un animal ayuda a los ancianos a sentirse útiles, porque tienen a un ser que depende de ellos, lo que les obliga a estar en forma para atenderle.El anciano tiene a alguien a quien ofrecer cariño, amor y compañía y el perro sabrá corresponder de la misma manera. La calidad de vida de las personas mayores que conviven con perro mejora de manera notable porque: están menos estresados, se reduce la ingesta de medicamentos porque enferman menos, son más felices y se sienten menos solos.

Pero la realidad de muchos ancianos es que cuando se les lleva a una residencia tienen que despojarse de sus animales, lo que les hace sentirse mas solos, sufren ansiedad y ademas enferman con mas facilidad, por lo que igual habia que plantearse la posibilidad de crear residencias donde ambo puedan seguir conviviendo juntos para una mejor calidad de vida.